El Sillón

30.08.2013 19:09

Adoraba ese sillón. Era su rincón favorito de la casa.Su lugar en el mundo. Su espacio. Cuando llegaba del trabajo cada día, se tiraba, literalmente, sobre él. Sus muelles habían soportado sus peores y sus mejores momentos desde que era sólo un niño. De alguna extraña manera, siempre se había sentido unido a él, fuera cual fuera su tapizado, con el paso de los años, de las modas... siempre había estado en casa. El sillón había sido de su abuelo, tenía sus años. Después lo heredó su padre, y ahora, había llegado hasta él. En las mañanas en que estaba en casa, haciendo limpieza o arreglando alguna cosa, parecía observarlo. Parecía llamarlo: "Ven,ven, siéntate". Sabía que era un disparate. No estaba loco, no podía explicarlo tampoco, pero realmente sentía esa conexión con aquel mueble. "Tienes una relación muy insana con ese mueble", le decía su ex mujer. Ella no entendía nada. Qué podía saber ella de sus recuerdos, de su pasado. Nada. Cada día que pasaba era mayor la necesidad de disfrutar más horas alli sentado. Comenzó a pasar algunas noches allí, viendo la tele, sintiendo el pinchazo de sus muelles rotos sobre las costillas. Comenzó a sentirse incapaz de ir a trabajar algunas mañanas. Cada vez más. Se sentía parte de aquel objeto. Ambos eran lo mismo. Dejó de levantarse para coger el teléfono, para abrir la puerta, para ir a comprar. Dejó de levantarse del sillón para cocinar, para comer... Sus conocidos y vecinos tocaban a la puerta para saber qué le pasaba, para entender porque no iba a trabajar, porqué no cogía el teléfono, y él les decía que estaba bien. "No os precupeis, estoy cansado, pero contento... mejor que nunca". Lo encontraron allí, acurrucado, arropado con una vieja manta, con todo su cuerpo echado sobre el viejo mueble. Lo encontraron de la misma manera que en su día encontraron a su padre, y antes a su abuelo.Muerto con una mueca de felicidad en la cara.