Adiós

12.12.2013 11:33

El rostro pequeño y enjuto se volvió hacia ella. Los ojillos negros brillaban con cierta malicia y la boca, fina, casi una línea recta, sonreía sin apenas moverse. Ella sabía que él conocía su secreto. Su cara lo gritaba a voces. Lo sabía pero, no obstante, no pensaba cambiar ni un ápice de su decisión. Ya la había tomado y seguiría para delante con ella, con su complicidad o sin ella. Es más, seguiría adelante aunque él se convirtiera en su peor enemigo. Se levantó de su asiento y caminó con paso firma hacia la puerta de la cafetería. Un golpe de aire frío azotó todo su cuerpo. Siguió adelante como si nada. Notaba su mirada fija en su espalda y trató de aparentar una seguridad que estaba lejos de sentir. Ya había tomado la decisión. No había vuelta a atrás. Eso era todo. Siguió caminando sin notar los copos de nieve que empezaban a cubrir el suelo de un manto blanco. Lo único que seguía notando era su mirada clavada en su espalda. A veces es difícil decir adiós a la persona que más has querido. Otras, es imprescindible para poder seguir viviendo.