Aprendiendo a volar

20.07.2016 11:13

 

Sabía, como sólo una madre puede saber esas cosas, que no haría caso a nada de lo que ella dijera, pero también sabía que era su obligación decirlo porque algún día, muchos años después, ellos recordarían sus palabras. No se pueden cortar las alas a los hijos, pero es preciso enseñarles a volar bien… y sí, por qué no decirlo, permitir que se caigan y se levanten, y se vuelvan a caer, y así una y otra vez. Sólo aprendemos de la experiencia. Sólo el dolor que nos produce la caída nos permite saborear el placer de ponernos de pie por nosotros mismos y caminar. Y avanzar, a pesar de los muchos obstáculos que se empeña en ponernos la vida. Sabía que llegaría el día en que tendría que dejarlos marchar y pensaba disfrutar de cada momento previo, de todos los instantes de felicidad que, junto a ellos, la vida le había preparado.