Despedida de otoño

29.11.2014 15:13

Te vas pero no te vas. Un poco te quedas. Te vas, eso es cierto, pero también te quedas en las sonrisas, en las canciones, en los sabores, en el olor a sal del mar, en las largas jornadas de playa y en las charlas de domingo, esas en las que solucionábamos los problemas del mundo. Te quedas en los recuerdos y en tantas risas compartidas, y también, es así, en las lágrimas y los malos momentos. Te quedas en el sonido radiofónico de tu voz siguiendome por la casa, estando un poco sin estar Te quedas un poco en mí, un poco en todos. Te quedas en la retina infantil de mis hijos que no entienden que ya no estarás cada semana dispuesta a abrazarles a la vuelta de cualquier rincón. Ellos no entienden nada de distancia ni de tiempo. Saben de besos y abrazos, saben de cuentos y canciones. Los que les contabas para dormirlos, las que les enseñaste con paciencia infinita. Te vas pero no te vas. Te vas y nos llevas. Nos llevas lo quieras o no, allá donde vayas, allá donde te lleven tus pasos. Te quedas, te quedas para siempre porque hay amigos que permanecen aunque estén lejos, que perduran, que son eternos. Te vas pero no te vas. Nos llevas.