El amigo dragón

03.09.2017 11:06

"Mamá, anoche, cuando me asomé a la ventana, vi en ella a un dragón pequeñito". Lo dijo con tal seguridad en la voz que no dejaba lugar a dudas. "Estarías soñando". "No. Seguro que no. Lo vi". "¿No sería una lagartija o un camaleón?" Él la miró con esa cara de indignación con que todo niño, que no se siente tal, mira a su madre en un momento dado de su vida. "Era un dragón... bajito, pero un dragón". "Vale, pues era un dragón". Se quedaron en silencio, ella haciendo esfuerzos por no decir nada más, él tranquilo. "Me dijo que no me preocupe cuando os escucho discutir, que eso lo hacen todos los papás del mundo, incluso los suyos, pero que no tiene porque significar nada...". "No... claro que no. Todos los papás discuten por tonterías.... ¡Qué listo es tu dragón!". Silencio de nuevo. "Me dijo que si tú crees que es lo mejor, deberías coger ese trabajo nuevo que te ofrecen... aunque te de un poco de miedo hacerlo. Dice que cuando se quiere algo hay que arriesgarse". La madre miró al niño con los ojos abiertos como platos, sin dar crédito a lo que oía. "...¿eso te dijo el dragón?". "Sí". Nuevo silencio, esta vez más largo. "Y... ¿qué más te dijo el dragón?". "Que me porte bien y obedezca. Que me lo coma todo para hacerme grande y que aprenda mucho en el cole... me dijo que estos años son los mejores, que sus hermanos mayores ya tienen trabajar y dicen que es un rollo". "Ahhh...". El sonido de la radio de fondo se perdía por el pasillo. Ellos en la mesa de la cocina parecían ajenos al resto del universo. "Ya me lo tomé todo. Me lavo los dientes y me voy a la cama. Estoy deseando que venga a darme las buenas noches". "...¿el dragón?". "Claro, mamá. Siempre lo hace. Le daré saludos tuyos". "...claro. Dáselos". Y dando un salto se perdió por el pasillo, rumbo al cuarto de baño, dejándola sentada, entre confusa y algo alucinada. "Cosas de niños", se dijo, pero se prometió estar atenta a su ventana nada más acabar de cenar... por si acaso.