El callejón

08.05.2013 16:49

Había que atravesar un callejón angosto y oscuro para llegar hasta él. Se trataba de una pequeña calle tallada en piedra hace, tal vez, cinco siglos. Una maravilla que admirar durante el día, pero un lugar lúgubre y un tanto tenebroso llegada la noche. Allí vivía, en una casa pequeña, diminuta, en la que apenas tenía lo básico para seguir adelante. No necesitaba más. No quería más. La necesitaba a ella. Era, de hecho, lo único que quería del mundo. El amor de ambos estaba separado por un callejón de piedra que, por las noches, muy pocos cruzaban. Él le pidió que se quedara allí, junto a él, pero no supo dejar su casa amplia y luminosa. Ella quiso que él fuera a vivir a su mansión, pero sabía que él no era hombre de grandes lujos. Sólo un callejón separaba sus días, pero un amplio abismo separada su existencia. Un abismo que ninguno de los dos estaba dispuesto a cruzar. Había que atravesar un callejón angosto y oscuro para llegar hasta él. Nunca más volvió a cruzarlo. Nunca abandonó la luz.