El valiente improbable

02.01.2014 18:57

Llevaba mucho tiempo allí sentado, en el suelo, a oscuras, mirando el resquicio de luz que se adivinaba  por debajo de la puerta. Tal vez tan sólo fueron cinco minutos, puede ser que diez, a él le parecía una eternidad. No se atrevía a girar el pomo de la puerta y cruzar el umbral de sus miedos. No quería saber que había tras la puerta. O tal vez sí. La curiosidad le consumía. Esa curiosidad que dicen mató al gato. Gato sabio, pero muerto. Sabía que tenía que ser valiente y afrontar sus terrores. Sus peores pesadillas. Lo sabía, pero permanecía sentado, agazapado, como un animal herido. Llevaba mucho tiempo allí sentado. La luz no es de los cobardes, es de los que se atreven con todo. La luz es de los héroes. Él no lo era. Nunca pensó en serlo. Sin embargo, le hubiera gustado demostrarse a sí mismo que era capaz de superarse. Le hubiera gustado. El suelo estaba frío y la oscuridad se hacía cada vez más densa. Como niebla teñida de negro. Casi podía tocarse. Sus piernas comenzaron a dolerle. ¡Levántate!, se dijo a sí mismo sin éxito alguno. Sin respuesta. Sin más realidad que la oscuridad y el silencio. Y la soledad. Llevaba mucho tiempo allí sentado. Toda una vida. La suya.