Golpes tatuados

23.10.2013 21:18

Cada golpe, cada lágrima, cada moratón, cada sollozo, los llevaba tatuados en el alma cuando se conocieron. Él se enamoró de ella al instante. De su belleza, de su fragilidad, de su miedo y de su fortaleza no reconocida. Ella se dejó de querer, incapaz de dar más de sí misma de lo que ya había dado a quién no lo merecía. Construyeron juntos un camino lleno de remiendos, él siempre delante, guiándola, ella dejándose guiar, hasta que en un punto no definido del camino fue capaz de ponerse a su lado. Fue capaz de amar con la misma intensidad que era amada. Cosió con besos y caricias su alma rota a bofetadas, y tan fuertes fueron los remiendos que nunca más se quebró su corazón.