La búsqueda

04.07.2013 19:44

Recorrió cada rincón del Universo por conseguirlo. Navegó los siete mares y luchó contra tormentas y maremotos. Se enfrentó al mismísimo Nepturno. Nada era demasiado. Nada era suficiente. Siempre hacía falta más. Surcó los cielos en su busca y el fondo de los océanos. Las entrañas de los bosques. Las dunas de los desiertos. Los corazones de los icebergs. Recorrió el mundo de punta a punta. De norte a sur. De la noche al día. De la madrugada al anochecer de la vida. Desafió al tiempo y al espacio. Retó al mismísimo diablo y, pese a todo el esfuerzo empleado, pese al tesón derrochado, no logró su objetivo. No pudo. No supo. Sólo al regresar de su particular odisea, al sentarse en su sillón de siempre, frente a su chimenea, al levantar los agotados pies para acercarlos al fuego, sólo entonces, se encontró a sí mismo. Tan lejos y tan cerca al fin y al cabo. Orgulloso de haberse enfrentado al peor de sus enemigos, el que cada día le observaba desde el espejo con atroz indiferencia, esa noche, tras siglos de insomnio incurable, esa noche pudo por fin dormir tranquilo. Sin miedo.