Lágrimas contenidas

07.10.2015 11:48

 

 

Nunca derramó una lágrima. Era una mujer dura o eso le habían hecho creer siempre. Tuvo que endurecerse para salir adelante. Hacerse de roca. Esas cosas ocurren. Hay personas que pueden permitirse las debilidades, otras no. Ella era de las que nunca se las había permitido y creía, o esa pensaba, que llorar era de débiles. Avanzó sin mirar hacia atrás por la vida, superando todas las dificultades, sin pisar a nadie pero sin permitir que nadie le hiciera jamás daño. Su rostro, antes bello, había olvidado lo que era sonreír y, las pocas veces que lo intentaba, su sonrisa se transformaba en mueca. Ni risas, ni lágrimas, una vida vacía de emociones. Cuando ya parecía que nada podía cambiar, en un recoveco del angosto camino se detuvo. Miró hacia atrás y vio todos los escollos superados, la gente que le hizo daño, las penalidades, la tristeza, las personas que quedaron atrás y, entonces sí, lloró. Lloró como nunca antes lo había hecho. Derramó cientos, miles, millones de lágrimas, ríos de tristeza guardada en pequeños frascos. Sintió lo que nunca se había permitido sentir. Y, por primera vez, cuando las lágrimas se le agotaron se sintió viva y pudo volver a sonreír. Una sonrisa hecha de lágrimas contenidas.