Las cerezas

30.03.2014 19:00

Recordaba el sabor de las cerezas recién cogidas del árbol, aún calientes, sin tan siquiera lavarlas. Dulces, carnosas, con un punto ligeramente ácido en ocasiones. Las picotas, el sabor de mi infancia perdido en mis recuerdos. Mordisquearlas despacio disfrutando del paisaje verde y rojo y del olor del verano que llega por el horizonte, a pesar de que aún no terminó la primavera. Como fotos de un álbum antiguo, el sabor de las cerezas salpica mi memoria, llenándolo todo de su aroma incomparable. Aún recuerdo el rumor del agua del río y la brisa que refrescaba las tardes cálidas de finales de mayo, cuando un racimo de cerezas era todo lo que podía desear en la vida. Eran tan sencillo alcanzar los sueños, era tan fácil soñar despierta… Los labios rojos y el vestido salpicado de manchas reveladoras. Aquí y allá, zigzageando apenas un reguero sospechoso. ¿Dónde estuviste todo el día?, la voz de la madre intentando parecer enfadada. Me encogía de hombros aturullada y salía corriendo por el pasillo, sorteando obstáculos imaginarios de un futuro repleto de cosas buenas. De cerezos en flor, de tentadoras cerezas. ¡Qué lejos quedan esos recuerdos! ¡Qué lejos quedan esas cerezas de infancia! Mis cerezas...