Los devaneos de la Suerte
La suerte es esquiva y un poco meretriz con quienes más la ansían, con quienes la desean con toda la fuerza de su espíritu. Ella es así, pizpireta y algo malvada. Sonríe a quién no debe por pura coquetería, se insinúa ante quienes la necesitan pero les deja con las ganas. La suerte besa en los labios y se hace amante de los poderosos y a veces, sólo en algunas ocasiones, también a ellos abandona con despecho. La suerte es libre y casquivana. Cruel si me apuran. Tiene algo de maquiavélica y taimada, pero a veces, sólo en algunas ocasiones, es dulce como la miel. Afortunados quienes comparten su lecho, afortunados quienes la han saboreado. La mayoría maldecimos, insultamos, vilipendiamos su juego, deseando en secreto que seamos nosotros los siguientes agraciados. La suerte es esquiva, y en ocasiones algo puta, con perdón. Ella es así.