No quería matarla...

13.03.2014 17:35

No quería matarla pero la mató. Lo hizo poco a poco como sin querer. De una manera constante y precisa. Se enamoró de ella ciegamente, de forma descontrolada, pasional. Se enamoró como un loco y pensó que nada podía hacerle más feliz que su risa por las mañanas. El tacto de su piel. Su olor. Poder ver cada día cómo se despertaba a su lado y era feliz... La quería tal cual era. Sin ningún cambio. Era perfecta. El paso de los días aumentó su pasión, su ansiedad, su necesidad de controlar cada paso que daba. Comenzó por cambiar su manera de vestir, su manera de ser, su manera de estar con los demás. Era suya y de nadie más. Le robó la risa. No quería hacerlo, pero lo hizo. Le sustrajo los restos de felicidad que aún quedaban en su vida. La quería más que a nada en el mundo, o eso se decía él. Las cosas que a ella no le gustaban las hacía por ella. Claro, por quién si no. Poco a poco, como sin querer, fue quitándole todo lo que había sido. Su rostro antes risueño, sonrosado y feliz, se convirtió en el de una mujer veinte años mayor, una mujer que había olvidado reír. Su carácter abierto y voluble se transformó en el de un animal herido que teme que su amo vuelva a pegarle sin razón. No quería matarla pero la mató. Lo hizo poco a poco, como sin querer. Él pensó que la mató de amor, de un amor excesivo e incomprendido por los demás. Él pensó que la mató de amor, pero ella murió de pena. De tristeza. De soledad. No quería matarla, pero la mató.