Nunca hablaré así

29.04.2016 09:33

Nunca hablaré así. Nunca les diré todo lo que tienen que hacer. Nunca repetiré las cosas mil veces. Nunca seré como mi madre. Frases perdidas en la memoria que el eco me trae hasta el presente. Siempre pensé que los hijos no repiten todo aquello que no les gustaba de sus padres, pero lo cierto es que lo hacen. Lo hacen porque es bueno para ellos. Lo hacen porque es necesario para que sean felices. Lo hacen, de alguna manera imagino, para que ellos sepan lo que tienen que hacer en un futuro con sus hijos. Lo hacen porque los niños no pueden comer lo que quieran. Porque no pueden quedarse despiertos hasta la hora que desean. Porque no deben hacer cosas que les pongan en peligro. Lo hacen porque sus padres lo hicieron antes con ellos. Nunca hablaré así y cada día, un poco más, me sorprendo con esas frases que pensé que jamás diría… “Si todos tus amigos se tiran por un puente… ¿tú te tiras también?”,  “Ni jo, ni ja… ni fiesta, ni fiesto”, “Abrígate”, “Esta casa no es una pensión”, “Recoge tu cuarto que parece una leonera”, “Me vais a volver loca entre todos”… frases, entre otras muchas, que se repiten de boca en boca, de década en década, de familia en familia. Frases necesarias para perpetuarnos como núcleo… en las que reconocernos como padres. Frases que unen y nos hacen sonreír al repetirlas al cabo de los años. Frases que nos hacen padres y a ellos abuelos. Que hacen familia. Que hacen sonreír. “Nunca le diré eso a mis hijos… si los tengo”, me dicen con su voz pequeña y dulce. “Se lo dirás”, les contestó con una sonrisa en la cara, “y cuando lo hagas, te acordarás de mí y sonreirás”.