O mueres o matas

01.08.2013 17:38

En la vida o mueres o matas. O matas o mueres. Así son las cosas. Nadie te explica qué va a ser de ti cuando llegas a este mundo. Venimos sin instrucciones. Nacemos con dolor, provocando dolor y sufriendo. Morimos con dolor, provocando dolor y sufriendo. Eso es la vida. No hay más. A veces, si eres un hombre, o una mujer, con fortuna, a veces te llega el amor. Uno grande y apasionado, inmortal y casi siempre dañino, o uno pequeño, suave, manso y, finalmente eterno. El amor es así, no se sabe cuándo llega, ni cómo, ni porqué. Ni siquiera si tendrás la suerte de que te llegue. Al destino le gusta jugar con nosotros. Es así. No hay más. Te enamoras de quién no debes y te ama aquél qu eno quieres. Es así. En el amor, como en la vida, o mueres o matas. O matas o mueres. Sin dramatismos. O con toda la tragicomedia del mundo. El amor es así. El amor entre un hombre y una mujer, entre dos mujeres, entre dos hombres. El amor con mayúsculas. Siempre hay uno que quiere más que el otro, o es el otro el que ama más que tú. En ocasiones, si tienes suerte, los dos amáis a la vez. Con idéntica pasión. Con la misma intensidad. Con igual desatino. Con toda la locura que requiere un amor verdadero. Único. O mueres o matas, o matas muriendo o mueres matando... ¡Qué cosas! Todo lo bueno duele. Por eso, tal vez por eso, merece tanto la pena disfrutarlo. Si consigues no morir, y no matar; si consigues amar con todas tus fuerzas sin que te duela; si consigues todo aquello que te has propuesto en este sinsentido que es la vida, lo más hermoso y extraño que poseemos, si tienes esa fortuna, no pienses en nada. Degústala. Saboréala. Sin dramatismos, o con todos los del mundo.