Aventurero

29.10.2013 17:53

Cansado, aburrido, harto de luchar cada dia con la vida, de ser el sísifo eterno que arrastra el peso del mundo por siempre, hastiado de ser él mismo, decidió hacerse a la mar. Partir, marcharse de aquel inhóspito lugar, en busca de aventuras imposibles. Jugó todas sus cartas al azar y ganó. Ganó una vida llena de sorpresas, de personas a las que conocer y amar, de batallas en las que luchar, de destinos inexistentes que se hacían reales sólo para él. Decidió jugar y venció porque la vida a veces se deja ganar sólo por el placer de sentirse derrotada. Volvió a su casa con siglos sobre los hombros, sintiéndose un hombre mucho más lleno de sentimientos, de historias, de deseos cumplidos, de vida. Volvió a su tierra cuando en su tierra ya nadie quedaba. Ni su familia, ni sus amigos, ni siquiera su casa. Lo que había sido su vida era ahora apenas un desierto que agonizaba. Lejos de sentirse derrotado plantó en suelo la bandera de sus experiencias y prontó vio brotar una nueva casa que echaba raíces tan rápido como surgía de la nada. Surgieron de sus recuerdos, posiblemente, gentes de otras tierras que también quisieron volar, y su vida fue exactamente como él siempre quiso. Hasta el final de sus días.