El beso eterno

20.01.2014 20:18

Lo recordaba como si fuera ayer. No parecía que hubieran pasadoaños, décadas desde aquel día. La besó en silencio, en la oscuridad protectora que les brindaba el hueco de la escalera, a resguardo de las miradas de los vecinos curiosos que subían y bajaban del ascensor. La besó con la misma pasión del primer beso y sin saber, cómo podría sopecharlo, que aquel sería el último de sus besos. Si lo hubiera sabido entonces. La besó con los ojos cerrados, eran tan niños los dos, y sujetando su rostro con suavidad como con miedo de que ella pudiera escaparse de repente. Con miedo a perderla. A no verla más. Si lo hubiera sabido entonces. Pero no lo sabía. Y desde aquel beso hasta ese día en que su recuerdo no le permitía dormir no había pasado nada. Nada entre ellos, al menos. Nunca más se besaron. Nunca volvieron a tocarse. Ni a desearse. Ni siquiera volveron a verse. Ella desapareció de su vida como llegó, sin más. Se esfumó. Le escribió cartas a ninguna parte que acabaron tiradas en algún rincón de la oficina de Correos. Poemas llenos de sentimiento. Derramó tantas lágrimas que hizo correr océanos de tristeza por ella. Pero no consiguió nada. Nunca volvió a verla. De ella sólo le quedaba el aroma, el instante, el recuerdo de aquel beso trémulo y eterno. Si lo hubiera sabido entonces. Pero no lo sabía..