El comensal

24.04.2013 11:47

No estaba loco. Las cosas son como tienen que ser y, al final, le habían convertido en lo que era. Un canibal. No era por vicio, ni por obsesión. Sencillamente era incapaz de prescindir en su vida de aquellos seres que más amaba, o al menos de parte de ellos. Por eso, y no por otra cosa, los devoraba. Llevaba a la práctica aquellos de 'voy a comerte a besos'. Pues bien, él lo hacía. Devoraba con fruicción las bocas de sus amantes, los dedos acariciantes de quienes le habían amado, los pechos que le criaron, los brazos que le sostuvieron, los ojos que le enamoraron... no lo podía evitar. Todos ellos formaban parte de él. Eran algo más. Los saboreaba a cada paso, en su interior. No estana loco. Sólo amaba demasiado.