La desconocida

01.09.2013 12:06

No tenía miedo a la oscuridad. Ni siquiera cuando era un niño le había tenido miedo nunca. Pensaba que era algo natural. Tampoco tenía miedo a estar solo. De hecho, vivía solo. Huía de compañeros de piso y tan sólo aceptaba alguna visita esporádica que se quedara a pasar la noche. Ni parejas, ni familia, ni amigos. Él era su mejor compañía. Cuando llegaba a casa del gimnasio, tras una larga jornada de trabajo, lo primero que hacía era abrir una cerveza y tumbarse en su sofá a disfrutar del silencio. A veces leía un libro. Otras tan sólo se recreaba en la tranquilidad y la paz de su propio hogar. Una tarde, al llegar a casa, se la encontró de frente. Estaba sentada en el sofá, con la mirada algo perdida y la piel blanca, palida como la misma luna. "¿Quién eres? ¿Qué haces en mi casa? ¿Cómo has entrado?", las preguntas se le agolpaban en los labios de tan deprisa que las quería realizar. Ella sonrió y contestó en voz ténue: "Siempre he estado aquí. Siempre he vivido aquí". "¿Qué estás diciendo? Esta es mi casa", casi gritó él. "Y cómo no te vayas llamaré a la policía". "Haz lo que quieras, aunque sería bastante descortés. Llevo años viviendo aquí, llevo años viéndote entrar y salir de mi casa y nunca he dicho nada. No he protestado. Tal vez porque me gustas un poco y me venía bien tener compañía", dijo ella. Su ropa de puro blanca resultaba molesta a los ojos y constrastaba intensamente con un pelo negro azabache con reflejos azulados. "Estás loca. Esta es mi casa. Vivo solo y no te he visto en mi vida", vociferó indignado. "Tal vez no me has querido ver. Tal vez nunca me has querido ver. Vivía aquí cuando eras un niño y tus padres estaban vivos. Te acariciaba la cabeza por la noche para que te durmieras, para que no tuvieras miedo. Te abrazaba fuerte cuando llorabas porque alguna chica te había dejado. Te sostuve la mano cuando tus padres murieron. Siempre he estado aquí, soy parte de ti. Una parte que habita en tu interior y que no quieres descubrir. Soy tu miedo a lo desconocido. Soy tus pesadillas. Tu mejor amiga, tu terror favorito. ¿De verdad no te acuerdas de mí?". Una duda se adueño de todo su cuerpo, de toda su menta. ¿Qué estaba diciendo aquella mujer? ¿Quién era? Y, ¿por qué motivo le parecía vagamente familiar? No era capaz de articular palabra. Tan sólo pudo sentarse en el sofá y dejarse acunar por aquella bella extraña con la que tan cómodo comenzaba a sentirse. ¿O tal vez siempre se había sentido así por ella? Cerró los ojos y se dejó vencer por sus frías caricias. Cerró los ojos, y se dejó llevar por un placentero terror que no había sentido jamás.