La espera

11.02.2014 21:03

La escuchó llegar. A lo lejos. Hubiera sido difícil no hacerlo. Imposible. En medio de la oscuridad de la noche sintió un ruido lejano, abrumador. Impactante. Al principió no se dio cuenta de qué estaba oyendo. En mitad de la madrugada, desconcertado, se sentó en la cama. No quería creerlo. No podía creerlo. “¿Lo has oído?”, le preguntó a su mujer. “¿Lo has oído, Carmen?”. “¿Eh?, ¿Qué dices Miguel? ¿Qué pasa?”. “Viene. Ya viene”, gritó, incorporándose de un salto. “Siempre supe que vendría a por mí, pero no pensé que fuera tan pronto”. Otra vez. El mismo ruido pero, ahora, ya no tan lejano. “Viene. Ya viene”. Carmen se sentó en la cama, ya totalmente despierta. “¿De qué estás hablando? ¿De que…?”. No pudo acabar la frase. Se heló en su boca, en la comisura de sus labios. Miguel abrió de par en par el ventanal del dormitorio y pudo verla con sus propios ojos. Con claridad. Estaba allí, tras replegarse mar adentro, había llegado. Ante sus ojos, la ola más grande que jamás habían visto les saludó justo segundos antes de entrar por la ventana. La había escuchado llegar. Aún en sueños. La había escuchado llegar.