La fuga

25.04.2013 21:01

No le gustaba lo que veía. Su particular mundo, un lugar que, hasta no hacía demasiado tiempo, era agradable y feliz, se había convertido en un territorio inhóspito y desconocido. Nada era lo que debía ser. Las guerras, aunque sean interiores, son así. Los días azules se habían vuelto grises, el sol se había ocultado y la ola perfecta se había convertido en un tsunami de consecuencias desconocidas. Y no quería nadar. No le gustaba el mundo.Ya no le gustaba la gente. No conocía a las personas que antes amaba y ahora se odiaban entre sí. Dejó de hablar. Dejó de escuchar. Dejo de mirar. No le gustaba aquello en lo que el mundo se había convertido y, en lugar de luchar, eligió olvidar y se marchó. Nunca nadie volvió a saber de él.