Momentos

21.06.2013 12:28

Hay un momento en la vida de todo hombre, y toda mujer, en que su vida deja de serlo y comienza a ser la vida de todos los que tiene a su alrededor: su pareja, sus hijos, su jefe, sus amigos... Deja de importar un poco lo que uno opine. Dejan de tener importancia las convicciones de siempre que, de alguna manera, se transforman. Lo que parecía importante ya no lo es y lo que era secundario pasa a primer plano. Llega un momento en la vida de todo hombre, y mujer, claro está, en que se pierden las alas y se asume que en el futuro todo lo que le queda es un largo camino para recorrer. Con más o menos equipaje; con menor o mayor fortuna; con mucha o poca compañía, pero sólo eso. Un sendero largo y angosto que ocasiones será pradera y en otras, abrupta montaña, que a veces será cuesta arriba y otras divertida cuesta abajo. Pero sólo eso. Un recorrido cuyo horizonte no acertamos a divisar. Cuyo final buscamos durante toda la vida sin disfrutar lo bueno y lo malo del recorrido. Llega un momento en la vida de todo hombre, y también mujer, en que los sueños pasan a un segundo plano y las necesidades se imponen; en que el futuro se somete voluntariamente al día a dia; en que el que poder ser se convierte en lo que somos. Hay un momento en la vida de toda mujer, y de todo hombre, por supuesto, en que la necesidad de volver a sentir las alas se impone a todo lo demás, y el camino se convierte en aventura, y los esfuerzos en recompensas. Hay un momento en la vida de las mujeres y los hombres en que la realidad deja paso a los sueños porque así tienen que ser las cosas, y éstos remontan el vuelo tan alto que te impulsan con ellos hacia el futuro. Un mañana mejor. Lleno de posibilidades. Un mañana en que el que no existen momentos definidos con antelación porque cada paso está en nuestras manos. Hay un momento en la vida para saber que el triunfo está en el intento, y que sin caídas no hay victorias válidas.